Presentan en la UAM Cuajimalpa Grito al cielo con todo mi corazón, de Ximena Escalante, bajo la dirección de Tania Ángeles Begún

Por Maribel Lozoya

Fotografía de Ford Calixto

Bajo un cielo que a veces es celeste y otras veces oscuro, la dramaturgia de Ximena Escalante, dirigida por Tania Ángeles Begún, nos invita a reflexionar sobre la relación interpersonal entre mujeres. Grito al cielo con todo en mi corazón es una puesta en escena que logra captar la psique femenina y que demuestra que la relación entre mujeres son hilos invisibles que pueden llevar de un extremo a otro.

Con dos actrices en escena que representan a la totalidad del género femenino con sus misterios, dudas y pasiones, el espectador transita por diversos espacios, contextos y épocas, en una pieza teatral de poco más de 40 minutos. La función fue presentada el 5 de marzo en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Unidad Cuajimalpa, y formó parte de la cartelera cultural con motivo del 8M.

En este drama que se alimenta de pequeñas historias, la autora hace ver al público que, con tan solo cambiar de zapatos, las protagonistas transitan entre personalidades diversas, inocentes, caóticas, incoherentes e hirientes. Cada historia va ligada a la anterior, así como a las apropiaciones culturales heredadas de generación tras generación.

Aunque podría pensarse que esta obra habla de la reencarnación, debido a que las mujeres personificadas transitan de una vida a otra, la intención de Ximena Escalante es mostrar las circunstancias con la mujer en sus diferentes roles como hilo conductor: hija, hermana, madre, novia, esposa, abuela…

La escritora de este drama también aborda la responsabilidad que se le atribuye a las demás personas acerca de la felicidad propia. La obra muestra que eso depende de uno mismo, y que a veces no se ve lo caótico de ciertos momentos que llegan de golpe, momentos en los que hay que hacerse cargo de los sentimientos propios.

Al término de la obra, Jazmín Jauregui (actriz) y Ángeles Begún (directora) intercambiaron opiniones con el público reunido en el Aula Magna. Ahí explicaron que, como mujeres, “se nos ha enseñado a competir entre nosotras”, y que esta puesta en escena refleja un poco de esa cultura de la competencia. Por otro lado, reflexionaron acerca de la sororidad, el trabajo en equipo y sobre cómo eliminar las violencias que las mujeres ejercen sobre otras mujeres. Invitaron a las y los presentes a ejercer la autocrítica dentro de los diferentes movimientos sociales, pero sobre todo a ser empáticos con los demás individuos.

La puesta en escena se ha presentado en diversos foros culturales dentro y fuera del territorio nacional.