Michel Foucault (1926-1984) es considerado una de las mentes más prolíficas del siglo XX, pues fue capaz de dialogar sobre diversos tópicos sociales, como el lenguaje, la locura, el sistema carcelario, la sexualidad, el racismo y su vínculo con el poder. En torno a estos temas se han desarrollado diversas investigaciones que convirtieron a Foucault en uno de los máximos referentes para los estudiosos de las humanidades.
Ante la relevancia de su legado, varias instituciones se han sumado al World Congress: Foucault 40 Years After, en el que se llevarán a cabo diversas actividades durante el 2024, por su aniversario luctuoso número cuarenta.
La División de Ciencias Sociales y Humanidades (DCSH), de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Cuajimalpa (UAM-C), se sumó a estas actividades en el “Coloquio virtual: Foucault. De la sociedad disciplinaria al neoliberalismo. Subjetividades y cuerpos en disputa”. El evento realizado durante los días 16 y 17 de mayo contó con la participación de seis ponentes de universidades como la de Guadalajara, Guanajuato, y de las autónomas de Baja California, Nayarit y Aguascalientes.
Enrique Gallegos, profesor investigador de la UAM-C, fue el encargado de iniciar con sus reflexiones sobre el filósofo francés; destacó que la obra de Foucault es polémica, sobre todo para aquellos que la respaldan como “algo incuestionable”. El doctor en Filosofía comentó que Michel Foucault es un autor que, a través de su obra, permite trazar posiciones políticas de izquierda, progresistas, de resistencia y de lucha, así como políticas de identidad minoritarias, de politización del cuerpo y de prácticas disidentes; sin embargo, hubo una época, en la década de los setenta, que fue catalogado como autor de derecha, estructuralista y liberal.
Tras una breve semblanza, el profesor investigador del Departamento de Humanidades se enfocó en la obra Vigilar y Castigar. Nacimiento de la prisión (1975) y puntualizó que en ella se aborda la irrupción del cuerpo como categoría política, en la que castigar se apoya por justificaciones y reglas: “el concepto de ‘genealogía’ que alude en su obra es central, ya que abre un campo de sistematización entre la creación del presente y sus vínculos con el pasado, dando legitimidad a las mutaciones del poder juzgar, que pasarán del cuerpo del suplicio a la tortura, con el objetivo de producir cuerpos disciplinados”.
De acuerdo con el ponente, el caso de Robert-François Damiens, que retoma Foucault en su obra, le hacen evocar a las muertes producidas por el narcotráfico, donde personas descuartizadas, colgadas y decapitadas obedecen a un poder castigar moderno que obedece a otro tipo de disciplinamiento.
El también miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) señala que una de las tesis más fuertes de Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión es el despegue del capitalismo, el cual no se podría lograr sin el control del cuerpo y de las poblaciones, utilizando técnicas disciplinarias que ayuden al objetivo.
También comentó que, a nivel de los cuerpos, los gestos y los comportamientos que tienen lugar en espacios cotidianos, como la oficina y la escuela, donde se pone en juego lo normal y lo anormal, lo correcto y lo incorrecto, un elemento clave para comprender la emergencia disciplinaria es el uso de la criminología, la pedagogía y la antropología, que tienen una importante función en la sociedad disciplinaria.
Al hablar de tecnologías de la seguridad, simulación del cuerpo y soberanía, Gallegos refirió que las tecnologías del neoliberalismo ya no están enfocadas en el disciplinamiento del cuerpo, sino que modulan sus interpretaciones como si fuera un mercado particular del sujeto y del comportamiento. “La tecnología neoliberal generaliza la empresa disciplinando esas dimensiones sociales con los criterios de la oferta y la demanda, la inversión, el cálculo de costos y beneficios, la competencia y el rendimiento; la tecnología neoliberal será clave para la ‘explotarización’, que no es otra cosa que despojar a los trabajadores de su conciencia de clase de asalariado, para generalizar la tesis de que en todo trabajador existe un pequeño empresario y que su éxito o fracaso deriva de sus esfuerzos y méritos individuales”.