14 May 2021/ Miscelanea

Por qué es probable que hayamos 'contaminado' Marte con vida (y por qué es un problema)

Por UAM Cuajimalpa a las 03:05 pm


La humanidad ha enviado alrededor de 30 naves espaciales y módulos de aterrizaje a Marte desde que comenzó la era espacial. Ahora sabemos qué microbios podrían haber sobrevivido al viaje.

El hecho de que podamos recorrer la superficie de Marte mientras lees esto es un hecho extraordinario.

El robot Perseverance, que tiene el tamaño de un automóvil, aterrizó de manera segura en la superficie marciana el 18 de febrero pasado. Puede que solo avance a una velocidad máxima de 152 metros por hora, pero consta de una serie de instrumentos con los que ha llevado a cabo experimentos con resultados revolucionarios.

A bordo del robot de tres metros de largo hay una máquina que ha convertido el aire marciano (fino y lleno de dióxido de carbono) en oxígeno, así como un helicóptero que realizó el primer vuelo controlado con motor en otro planeta.

El helicóptero, llamado Ingenuity, ha realizado con éxito tres vuelos, recorriendo cada vez una mayor distancia.

¿Pero es posible que haya llegado algo más a Marte con todos estos aparatos? ¿Podría un rastro de bacteria o espora de la Tierra haber sido transportado accidentalmente al espacio y haber sobrevivido al viaje para hacer del planeta rojo su nuevo hogar?

La NASA y sus ingenieros en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) tienen protocolos precisos e integrales para garantizar que sus naves espaciales están libres de cualquier organismo que pueda colarse inadvertidamente en una misión espacial.

Sin embargo, dos estudios recientes exponen cómo algunos organismos podrían haber sobrevivido al proceso de limpieza y también al viaje a Marte, así como la rapidez con la que las especies microbianas pueden evolucionar en el espacio.

Primero, abordemos cómo se construyó el Perseverance, así como la mayoría de las naves espaciales fabricadas en las instalaciones de Ensamblaje de Naves Espaciales (SAF) del JPL.

Las naves se construyen minuciosamente, capa a capa como una cebolla, y se limpian y esterilizan cada una de las partes antes de ensamblarlas. Esta metodología garantiza que casi ninguna bacteria, virus, hongo o espora contaminen el equipo que se enviará a una misión.

Se construyen en salas con filtros de aire y estrictos procedimientos de control biológico, diseñadas de tal forma que se garantice que solo unos pocos cientos de partículas puedan estar presentes e idealmente no más de unas pocas docenas de esporas por metro cuadrado.

Pero es casi imposible llegar a tener una biomasa cero.

Los microbios llevan miles de millones de años en la Tierra y están en todas partes. Se encuentran en nuestros cuerpos y a nuestro alrededor. Algunos pueden colarse incluso en los lugares más estériles.

En el pasado, las pruebas de contaminación biológica se basaban en la capacidad de hacer crecer vida (en cultivos) a partir de muestras extraídas de un objeto, como los aparatos espaciales.

Ahora usamos métodos más novedosos. Tomamos una muestra determinada, extraemos todo el ADN y luego hacemos una secuenciación de “escopeta”o shotgun sequencing.

El término se usa porque es como poner las células de la muestra en una escopeta, “dispararlas” para convertirlas en miles de millones de pequeños fragmentos de ADN y luego secuenciar cada pieza.

Cada secuencia “leída” se puede volver a asignar a los genomas conocidos de especies que ya están presentes en las bases de datos de secuencias.

Dado que ahora podemos secuenciar todo el ADN que está presente en ambientes estériles, y no solo los que podrían cultivarse, obtenemos una visión más completa de qué tipo de microbios se pueden encontrar ahí y si podrían sobrevivir al vacío del espacio.

En los ambientes estériles del JPL encontramos evidencia de microbios que tienen el potencial de ser problemáticos durante las misiones espaciales.

Estos organismos tienen un mayor número de genes de reparación de ADN, lo que les da una mayor resistencia a la radiación, son capaces de formar biopelículas en superficies y equipos, pueden sobrevivir a la desecación (pérdida de humedad) y prosperar en ambientes fríos.

Aunque la NASA trabaja duro para evitar la introducción de tales especies en suelo marciano, cualquier signo de vida en Marte tendría que ser examinado cuidadosamente para asegurarse de que no se originó aquí en la Tierra.

No hacerlo podría generar un entendimiento erróneo de las características de la vida marciana.

Los microbios transportados al espacio también pueden ser una preocupación más inmediata para los astronautas, ya que representan un riesgo para su salud y tal vez incluso provoquen un mal funcionamiento del equipo de soporte vital si este se llena de colonias de microorganismos.

Pero la protección planetaria es bidireccional.

También hay que evitar traer de vuelta “contaminantes” de otro planeta que puedan poner en peligro al nuestro y a nosotros mismos.

Esto ha sido base de muchas películas de ciencia ficción, donde un malvado invasor “alienígena” amenaza con acabar con toda la vida en la Tierra.

Pero podría volverse en parte realidad con la misión que la NASA y la Agencia Espacial Europea planean hacer llegar a Marte en 2028 y que, si se cumple lo previsto, en 2032 traerá consigo de vuelta las primeras muestras del planeta rojo.

Aun si el Perseverance, o las misiones que la precedieron, hubieran llevado accidentalmente organismos o ADN de la Tierra a Marte, tenemos formas de diferenciarlo de cualquier vida que sea verdaderamente de origen marciano.

Dadas todas las misiones marcianas que están planeadas, estamos en la orilla de una nueva era de la biología interplanetaria, en la que aprenderemos sobre las adaptaciones de un organismo en un planeta y las aplicaremos a otro.

Las lecciones de evolución y adaptaciones genéticas están inscritas en el ADN de cada organismo, y el entorno marciano no será diferente.

Marte dejará su huella sobre organismos que veremos cuando los secuenciemos, abriendo un catálogo completamente nuevo de literatura evolutiva.

Esto no solo alimentará nuestra curiosidad, sino que es un deber de nuestra especie de proteger y preservar todas las demás especies.

Solo los humanos comprenden la extinción y, por lo tanto, solo los humanos pueden prevenirla.

Y eso es aplicable hoy, pero lo será dentro de miles de millones de años, cuando los océanos de la Tierra comiencen a hervir y el planeta se vuelva demasiado caliente para que pueda haber vida en ella.

Nuestra inevitable violación de la protección planetaria ocurrirá cuando comencemos a dirigirnos hacia otras estrellas, pero en ese caso, no tendremos otra opción.

Eventualmente, la contaminación interplanetaria cuidadosa y responsable es la única forma de preservar la vida.

 

Con información de Animal Político

https://www.animalpolitico.com/bbc/probable-contaminado-marte-con-vida-problema/

Imagen tomada de Animal Político

https://www.animalpolitico.com/bbc/probable-contaminado-marte-con-vida-problema/


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