12 Jun 2020/ Miscelanea

Poner el cuerpo para defender la causa de otros: así trabaja la Brigada Marabunta

Por UAM Cuajimalpa a las 07:06 pm


El objetivo de Marabunta en las marchas es garantizar que las protestas lleguen al final, que cumplan su propósito. Una de sus reglas es sonreir.

Eréndira Aquino

Cada que se convoca una marcha ciudadana en la Ciudad de México, un grupo de jóvenes vestidos con una playera y un casco rojos acuden a apoyar en las labores de protección de los manifestantes. Se trata de la Brigada de Paz Marabunta, dedicada a defensa de derechos humanos.

Desde 2012, jóvenes voluntarios de la ciudad comenzaron a capacitarse en primeros auxilios y mediación de conflictos para acudir a las marchas en la capital del país y documentar las agresiones policiales, además de atender a las personas lesionadas. Así se conformó este grupo.

Carla Ríos, subdirectora de la Brigada Marabunta, recuerda que la primera vez que salieron a brindar apoyo fue en la protesta por el inicio del gobierno de Enrique Peña Nieto.

“Decidimos ir a ayudar porque no había quien atendiera a los protestantes ni quién documentara lo que estaba pasando, además de que la mayoría de los que estaban ahí eran jóvenes. Fuimos con esa intención, y nos volvimos constantes, por el periodo de represión que hubo en las movilizaciones”, cuenta.

En esa primera protesta a la que acudieron hubo enfrentamientos entre policías y manifestantes. De ahí en adelante comenzaron a profesionalizar su labor: compraron playeras y cascos iguales para acudir uniformados y ser identificados, y se capacitaron para documentar y apoyar en la seguridad de las marchas.

Araceli Buendía, fundadora e integrante de Marabunta, dice que salir a las calles a defender personas es lo mínimo que puede hacer en una sociedad en la que el sufrimiento se convierte en un espectáculo.

“A veces da miedo, pero nosotros sabemos que es importante que salgamos y con eso aseguramos que las personas puedan manifestarse. A veces terminamos llenos de moretones por los golpes de policías, pero vamos a seguir aguantando, esa es nuestra labor”, señala.

“No solo es poner el cuerpo como los policías que están en las protestas. Nuestra actitud, nuestras razones y objetivos son completamente diferentes. Para nosotros, poner el cuerpo se convierte en un acto de amor y ternura”, explica Carla.

Araceli dice que para la organización es importante asegurarse de que todas las personas puedan manifestarse.

Las dos coinciden en que las protestas de mujeres han sido especiales para su labor, pues además del compromiso humanitario de apoyo a la protesta social, sienten una empatía por la exigencia de la erradicación de la violencia de género, de la que también han sido víctimas.

Para Araceli el apoyo a causas sociales es una labor de décadas, sin embargo, las protestas de mujeres que se llevaron a cabo el último año en la Ciudad de México han marcado su vida.

“Lo que sucede en el país es una emergencia. Es por eso que las protestas de mujeres se han ido tornando cada vez más violentas, aunque la verdad es que se queda corto quemar la puerta de un edificio comparado con la violencia contra las mujeres”, señala.

“Los relatos de las familias son tan feos que una se queda con el corazón apachurrado. Desapariciones feminicidios… nos ha tocado conocer a las madres de esas mujeres y sus hijos que quedan huérfanos”, cuenta Araceli.

En su opinión, “lo que las mujeres salen a hacer es nada, porque es un día y ya, hacen catarsis porque no pueden hacer otra cosa, mientras los feminicidios se dan todos los días, el acoso… muchas de nosotras lo hemos vivido. Por eso salimos a defender la causa”.

Como parte de la brigada deben capacitarse previo a cada marcha: deben saber qué hacer en caso de que haya un enfrentamiento entre manifestantes y policías, si lanzan gas lacrimógeno o si se cometen detenciones arbitrarias.

Para prepararse acuden a un entrenamiento en el que simulan una protesta con situaciones de tensión entre ciudadanos y policías, y ensayan su participación como barrera humana para evitar enfrentamientos. También aprenden técnicas de respiración en caso de ser rociadas de gas pimienta o humo de extintor y qué hacer en caso de que se irrite la garganta.

Algunas aprenden a curar heridas, a atender fracturas y a dar contención a los manifestantes que tengan ataques de ansiedad.

Debido a amenazas contra los integrantes de Marabunta, desde 2009 la organización se encuentra bajo el Mecanismo de Protección a Periodistas y Defensores de Derechos Humanos.

Los integrantes de Marabunta dicen que sus labores en las marchas disgustan a los policías, y que incluso les han pedido dejar de acudir a las protestas, pero aseguran que no van a dejar de realizar su labor voluntaria.

Además del trabajo que realizan en las protestas, Marabunta apoya la defensa de derechos humanos acudiendo voluntariamente a las labores de búsqueda de personas desaparecidas en diferentes estados del país, actividad que también los ha puesto en riesgo.

El fundador explica que el nombre de la organización proviene de una especie de hormiga que se mantiene en movimiento constante y no hace hormiguero.

“Mucha gente dice que son destructoras, porque avanzan todo el tiempo y se comen todo lo que se les cruce en el camino”, abunda.

Sin embargo, para él la Marabunta son las hormigas a las que nada las detiene. Por eso hace años su familia decidió llamar así a un club de montañismo, y años después él nombró de la misma forma a la organización que fundó con Araceli Buendía.

En palabras de Carla, “lo que hacemos es, primero, sabernos juntas y juntos, que hay un grupo de rojito que va a estar ahí contigo si algo te pasa, pero si algo le pasa a los demás va a ir contigo a ayudar”.

 

Con información de Animal Político:

https://www.animalpolitico.com/2020/03/brigada-marabunta-asi-trabaja-defender-causas-marchas/

Imagen tomada de Animal Político:

https://www.animalpolitico.com/2020/03/brigada-marabunta-asi-trabaja-defender-causas-marchas/

 


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