Maquiladoras trabajan largas jornadas, padecen malestares físicos y falta de prestaciones
Por UAM Cuajimalpa a las 02:06 pm
Mariana es empleada de una empresa maquiladora de textil en el municipio de Magdalena Apasco, Oaxaca. Todos los días tiene que cerrar 950 costados de pantalones de mezclilla para poder ganar mil pesos a la semana. Si quiere llevarse un poco más, unos mil 200 pesos, tiene que hacer mil 100 piezas. Para llegar a ese número debe trabajar 10 horas diarias casi sin parar. No puede detenerse a comer; apura una torta en 10 minutos y vuelve a la máquina.
La maquila textil donde labora, está exigiendo mayor volumen a sus trabajadores. A Mariana le están pidiendo mil 357 piezas en un día, por la misma paga. El sacrificio que antes le representaba al menos un bono extra, ahora se ha quedado rebasado por el nuevo estándar de producción.
La maquiladora donde trabaja optó por cambiar su figura de sociedad anónima a la de una especie de cooperativa y les quitó a sus empleados las prestaciones bajo el argumento de que ahora serían socios, pero en cinco años no han recibido ningún beneficio.
La Universidad Autónoma de Ciudad Juárez documentó que de 2007 a 2017 la productividad del sector maquilador creció 22 por ciento, mientras que el salario de las trabajadoras, sólo un 2 por ciento.
De acuerdo con el INEGI en enero de 2019 muestran que el subsector de fabricación de prendas de vestir reporta la existencia de 101 mil 659 empleados y empleadas, de cuales 89 mil 643 son trabajadores de la empresa y 12 mil 016 están subcontratados.
En la maquila, el peor escenario lo tienen las mujeres, que representan más de 50 por ciento de la plantilla laboral, pero ocupan menos de un tercio de los puestos de supervisión, técnicos y administrativos. La mayor parte se desempeña como ensambladoras y reciben salarios más bajos que los hombres.
Después de trabajar 20 años en la maquila Reyna Ramírez fundó el Colectivo Obreras Insumisas de Tehuacán, Puebla, ella explica que para establecer las nuevas cuotas, las empresas también usan lo que se conoce como toma de tiempo. “Van registrando cuántas piezas hace cada trabajadora en un cierto lapso, pero toman como estándar el registro de las más hábiles o de las más jóvenes y después le exigen a todas llegar a esa misma producción”.
En 2016, Colectivo Raíz realizó un estudio en la maquiladora textil más grande de Aguascalientes, donde laboran alrededor de mil 400 empleados, más de 50 por ciento de ellos mujeres, y en la que se producen pantalones de mezclilla para marcas globales.
El colectivo entrevistó a las trabajadoras y encontró que por los procesos repetitivos que tienen las maquiladoras, de mucha intensidad y largas jornadas, las trabajadoras tienen diversos padecimientos. De las obreras entrevistadas se resaltó que más del 60 por ciento de ellas tenía dolor de cabeza y no están en tratamiento; mientras que el 72.2 por ciento padece de dolor de articulaciones, y no cuentan con seguimiento médico y casi el 90 por ciento presenta síntomas de agotamiento.
Las activistas señalan que lo más común es que a los 45 años se acabe la vida laboral de una trabajadora de este sector. Solo tres por ciento de ellas sigue trabajando a los 50 años, y eso sólo si las pasaron a puestos de supervisión, pero lo normal es que las despidan porque ya no alcanzan las metas de producción. A los cuarenta y tantos, las mujeres de la maquila ya no pueden trabajar. Aunque no hay registros oficiales, muchas se quedan sin empleo, enfermas, pobres y sin atención médica.
Hasta ahora ninguna instancia ha sancionado este sistema de incremento de cuotas de producción, afirman las activistas y trabajadoras. Cada fábrica decide el nivel y no está estipulado en los contratos; muchas ni siquiera cuentan con uno. “Nosotras hemos pedido a la STPS que haga revisiones en Tehuacán, Puebla, pero nos dicen que no tienen suficiente personal. Solo nos toman la queja, y no llevan a cabo la inspección”, agrega el Colectivo Obreras Insumisas.
“En el caso de las empresas que elevan el nivel de producción, la dependencia local tendría que intervenir, pero si no lo hace, debería hacerlo la federal, porque esto conlleva hasta un riesgo de trabajo”, dice Blanca Velázquez, del Centro de Atención a las y los Trabajadores (CAT) Morelos, quien señala que la Secretaría de Trabajo y las dependencias locales se desentienden de regular a este sector.
Con información de Animal Político
Con información de Animal Político