04 May 2018/ Miscelanea

La juventud silenciosa de Nicaragua ha comenzado a movilizarse contra Ortega

Por UAM Cuajimalpa a las 08:05 am


  • Grupos estudiantiles han apostado al diálogo “bajo protesta”, pues señalan que la única condición para negociar “es destituir a este gobierno”.

Hasta hace dos semanas en Nicaragua se criticaba a los jóvenes. Se decía que eran apáticos, insensibles, acomodados y sin memoria. Durante once años un régimen autoritario obtuvo el control total de las universidades públicas y diezmó las libertades. La negligencia en el manejo de un incendio en una selva y la amenaza contra las pensiones de abuelos y los padres, despertó a la juventud silenciosa que habitaba en Nicaragua.

De acuerdo con Sofía Montenegro, periodista y líder feminista, esta “insurrección pacifista” de los jóvenes nicaragüenses comenzó a mediados de abril, cuando el Gobierno rechazó la ayuda de Costa Rica para controlar un incendio que abrasaba la reserva Indio Maíz, en el sur de Nicaragua. El rechazo, aunado a la falta de información oficial y la negligente respuesta del gobierno al incendio, que provocó la pérdida de cinco mil hectáreas de bosque, movilizaron a centenares de jóvenes a manifestarse en las calles de la capital.

La respuesta del gobierno de Nicaragua fue brutal: ordenó parar las protestas con el uso de los antidisturbios y la Juventud Sandinista, colectivos lanzados a la calle para sofocar cualquier muestra de rebeldía. Las medidas del presidente Daniel Ortega fueron retadas por un grupo de Jóvenes.

Días después de que el presidente Ortega sofocará el movimiento ambientalista, salió publicado en el diario oficial del estado un decreto con el que se reformaba el sistema de Seguridad Social en Nicaragua para rescatar al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), el cual se encontraba al borde de la quiebra, por una mala administración que duró al menos diez años.

La reforma no fue consensuada con la empresa privada, que inmediatamente se distanció de Ortega tras 11 años de complacencia con el régimen. El 18 de abril un grupo de jóvenes y jubilados se plantaron en el céntrico Camino de Oriente, de Managua, para protestar contra las reformas. La protesta fue reventada con violencia por los antidisturbios y las huestes sandinistas. Las imágenes de jubilados con heridas en la cabeza y sangrando enardecieron al país y levantaron un movimiento que ha puesto en jaque a Ortega. Dos días después de la refriega los estudiantes de las universidades públicas, controladas por el Comandante, se alzaron en protesta. La respuesta fue más represión.

Entre los jóvenes que se rebelaron contra el régimen está Víctor Cuadras, estudiante de Ingeniería Química de la Universidad Nacional de Ingeniería, UNI. Como a tantos jóvenes en Nicaragua, debe estudiar y trabajar al mismo tiempo. “Sé lo difícil que es levantarte todos los días, desde las cinco de la mañana, tomar un autobús y trabajar a veces hasta nueve horas al día, para que tu dinero sea robado por un Gobierno que lo único que ha hecho es utilizar las arcas del INSS como su alcancía para pagar los gustos de sus hijos. Nosotros no podemos pagar por algo que nos han robado. Por donde se viese era injusto para el pueblo, y claro que debíamos manifestarnos”, explica el joven.

Cuadras formó parte del grupo de 250 jóvenes que se atrincheraron en la UNI. El viernes 20 de abril el Gobierno de Ortega ordenó el desalojo de la universidad a fuerza de balas, al ordenar a los antidisturbios y sus huestes el asalto del campus. Al menos tres estudiantes y un celador murieron en la represión. Los jóvenes escaparon hasta la Catedral Metropolitana de Managua, cerca de la universidad, donde otros compañeros se habían refugiado. La Iglesia exigió al Gobierno el cese del acoso contra los estudiantes.

Grupos estudiantiles han apostado al diálogo “bajo protesta”, pues señalan que la única condición para negociar “es destituir a este gobierno”. Integrantes de estos grupos estudiantiles han deja en claro que “El movimiento se ha fortalecido de una manera extraordinaria” pues han aprendido y a pesar del cansancio físico han encontrado personas que les han apoyado y sumado a su causa, “Esto nos da la fuerza para ver hacia el futuro y lo que todos estamos buscando: la democratización de este país”, aseguran.

 

Con información de El País

https://elpais.com/internacional/2018/05/02/actualidad/1525215928_600124.html

Imagen tomada de El País

https://elpais.com/internacional/2018/05/02/actualidad/1525215928_600124.html


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