28 May 2018/ Miscelanea

La gran victoria del ‘sí’ en la consulta del aborto reafirma a la nueva Irlanda

Por UAM Cuajimalpa a las 03:05 pm


  • El 66% de los irlandeses vota a favor de reformar la Constitución para permitir la interrupción del embarazo.

Irlanda rompió con su pasado, culminó su modernización social y mandó un poderoso mensaje al mundo al aprobar, por un contundente 66,4%, la legalización del aborto. El sí ganó en el campo y en la ciudad, entre hombres y mujeres. El último tabú ha caído en un país que, tras aprobar el matrimonio igualitario hace tres años, rechaza definitivamente la injerencia de la Iglesia.

La contundencia del resultado, 66,4% frente a 33,6%, supone una histórica victoria de la Irlanda joven y cosmopolita. La victoria representa un nuevo avance para el feminismo global, cuyos millones de ojos estaban puestos desde hace días en este país de apenas 4,7 millones de habitantes, en busca de más inercia para una ola que se antoja imparable. Y entraña, por último, una aparatosa derrota de las poderosas fuerzas ultraconservadoras globales, que habían volcado sus recursos en defender el último fortín del catolicismo más reaccionario.

Pasadas las seis de la tarde, terminaba el recuento y revelaba que dos de cada tres votantes habían optado por legalizar el aborto. La participación fue la más alta de los 21 plebiscitos que se han celebrado en el país desde que en 1996 los irlandeses votaron por la legalización del divorcio. Irlanda, donde un 78% de los ciudadanos se define como católico, rechazó simbólicamente la intromisión de la Iglesia en los asuntos sociales, meses antes de que el papa Francisco viaje al país, en la primera visita papal desde 1979.

“Somos un país decente y compasivo que se preocupa por sus ciudadanos. Este es el momento de la constatación definitiva del cambio en Irlanda”, decía el diputado David Norris, de 72 años, el primer cargo electo abiertamente gay del país, que pasará a la historia como el hombre que logró la descriminalización de la homosexualidad en Irlanda en 1988.

La victoria del sí supone la derogación de la Octava Enmienda, añadida en la Constitución de la República de Irlanda tras un referéndum en 1983, que equipara el derecho a la vida de una mujer embarazada con el de su feto. Esa es la base de una prohibición casi total del aborto, incluso en casos de violación, incesto, anomalía fetal o riesgo para la salud de la madre.

El restrictivo régimen legal produjo una exportación del problema, como denunció la campaña del sí, a costa del sufrimiento de las mujeres: cada año, cerca de 3.500 mujeres viajan al extranjero a abortar y 2.000 más adquieren ilegalmente píldoras abortivas en Internet, arriesgándose a penas de cárcel.

La propuesta del Gobierno, que tramitará ahora el Parlamento, contempla el aborto legal en las primeras 12 semanas de gestación sin tener que justificar su decisión. Después, hasta las 24 semanas, las mujeres estarían autorizadas a abortar si su vida o su salud estuvieran en riesgo o si el feto no pudiera sobrevivir fuera del cuerpo de la madre. La campaña del no defendió que la propuesta del Gobierno va demasiado lejos y oculta un “aborto a demanda”, pero lo cierto es que el texto equipararía la normativa irlandesa con las de los principales países europeos.

El sí ganó en todos los grupos de edad, excepto entre los mayores de 65 años. La incorporación al censo electoral de miles de jóvenes que no pudieron votar hace tres años es uno de los factores que explican los casi cuatro puntos más que cosechó el sí en este referéndum respecto al del matrimonio igualitario de 2015. La barrera de la edad es la única que quedó un poco en pie el sábado en Irlanda, y es una barrera que inexorablemente cae con el tiempo.

Con información de El País

https://elpais.com/internacional/2018/05/26/actualidad/1527328272_231784.html

Con imagen de El País

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