23 Jul 2018/ Miscelanea

En Little LA, dreamers deportados reconstruyen el sueño americano

Por UAM Cuajimalpa a las 02:07 pm


  • Un lugar donde migrantes repatriados se reúnen abren negocios.

Israel Concha llevaba unas horas en México, luego de haber vivido por más de 30 años en Estados Unidos, empezó a entender por qué sus padres decidieron ir a buscar una vida mejor al otro lado de la frontera: apenas había puesto los pies en la tierra de origen de su familia cuando ya había sido secuestrado.

Eso ocurrió hace ya más de cinco años. Sus captores lo ubicaron unos minutos después de que el gobierno estadunidense lo deportara a una ciudad fronteriza del norte del país, y pensaron –sólo ellos saben la razón– que se trataba de un agente de la DEA (Administración para el Control de Drogas, por sus siglas en inglés). En esas primeras horas de terror en México, Israel fue privado de la libertad, torturado y obligado a que su familia pagara un rescate por él.

Pero lejos de desanimarlo, ese terrible primer acercamiento con este país le dio las fuerzas suficientes para llegar a la capital, donde consiguió trabajo en los call centers que rodean el Monumento a la Revolución.

Y es justo en esa zona de la colonia Tabacalera donde está comenzando a formarse una comunidad de migrantes retornados. Aquí es donde muchos de ellos han empezado a habitar y a reunirse, pero también a poner negocios y a invertir. A muchos les gusta llamarlo Little LA (o Pequeño Los Ángeles), en referencia a la ciudad californiana. Comienza a ser un espacio donde los binacionales –como ellos mismos se denominan– están emprendiendo la difícil labor de reiniciar su vida en un país al que muchos de ellos quizá nunca pensaron volver.

Hace cuatro años, Concha creó la asociación civil New Comienzos, cuyo propósito es ayudar a los cientos de migrantes que todos los meses llegan deportados al país para que den sus primeros pasos en una tierra que desconocen. Hasta ahora, dice el activista, el colectivo ha ayudado a unas 7 mil personas a encontrar trabajo y un lugar dónde vivir.

“La idea de Little LA es que miles de personas binacionales, migrantes de retorno y dreamers se congreguen, trabajen, estudien, vivan aquí y abran sus negocios. Aquí te sientes aceptado, puedes subirte las mangas y mostrar tus tatuajes o hablar spanglish sin miedo a sentirte discriminado, porque los vecinos nos aceptan”, explica.

Según cálculos del director de New Comienzos, en la actualidad hay cerca de mil migrantes de retorno que han decidido vivir en esta zona, en buena medida porque alrededor del Monumento a la Revolución hay dos call centers que los emplean, debido a su buen nivel de inglés.

Al panorama se suman unos 10 negocios particulares que los migrantes han iniciado en años recientes o en los que participan como socios, entre ellos una barbería, un estudio de tatuajes y perforaciones y locales de comida tex-mex, con anuncios en inglés y español dirigidos a los clientes binacionales.

Pese a los obstáculos que enfrentan, “nosotros vemos el vaso medio lleno y nuestra visión es que el sueño americano también se puede lograr en México. Es una situación complicada, pero queremos que nuestro trabajo y conocimientos hablen por nosotros, y hoy tenemos ya muchas historias de éxito”.

Este proceso de empoderamiento no ha estado exento de obstáculos, entre ellos los culturales. En México, lamenta Israel Concha, sigue habiendo recelos y discriminación en contra de los repatriados, a quienes algunos ven mal por tener tatuajes y hacerse cortes de pelo diferentes, o a quienes cuestionan diciéndoles ¿por qué hablas inglés, si tienes el nopal en la frente?

 

Con información de La Jornada

http://www.jornada.com.mx/2018/07/23/politica/016n1pol

Con imagen de La Jornada

http://www.jornada.com.mx/2018/07/23/politica/016n1pol

 

 


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