El sexenio de Peña Nieto es considerado como el más "destructor" según Bettina Cruz
Por UAM Cuajimalpa a las 03:04 pm
- Critica la depredación de las empresas eléctricas en el Istmo de Tehuantepec.
La activista mexicana Bettina Cruz, una de las combatientes contra la depredación de las empresas eléctricas en el Istmo de Tehuantepec – región comprendida entre los estados de Oaxaca, Chiapas, Tabasco y Veracruz–, denunció la complicidad entre el poder político, el narcotráfico y el empresarial para despojar poco a poco a los pueblos indígenas de sus lugares de origen.
En una gira por España, la activista denunció la violencia que ejercen las grandes empresas eléctricas europeas en territorio mexicano. Y en entrevista para el periódico La Jornada, señaló a algunos de esos consorcios que van haciendo estragos en la región de la que proviene: las españolas Iberdrola, Abengoa, Acciona, la italiana Enel y la alemana Siemens.
La activista, quien también pertenece al Congreso Nacional Indígena (CNI), dijo que las empresas que están depredando el Istmo de Tehuantepec vienen de España, por eso la presencia de la activista en aquel país, para denunciar el atropello que sufren los habitantes de la zona.
“Llegan muchas empresas con la complacencia de los tres niveles de gobierno y empiezan a dividirse nuestro territorio, así que, para evitar conflictos entre las propias compañías, entre el gobierno y ellas se dividen la región en polígonos y la gente local nunca sabemos lo que está pasando. Y a partir de ahí violan los derechos de los cinco pueblos indígenas que ahí vivimos” denunció Cruz.
“Ha sido un sexenio de destrucción. Se ha incrementado la persecución. Ha habido más gente asesinada por defender el derecho al medio ambiente y por defender los derechos de los pueblos indígenas” indicó Bettina.
Apuntó que los pobladores de la zona reciben amenazas constantemente por parte de grupos paramilitares, de los que se cree reciben pagos por las propias empresas “son gente ligada al narcotráfico que generan mucha violencia en la región y al final son ellos mismos los que están vigilando los parques eólicos. Y ahí hay tanto gente del pueblo como gente de fuera. Y eso es un peligro para nosotros, que siempre estamos en la mira, vigilados, sometidos a campañas de odio”.
Con información de La Jornada