13 Apr 2020/ Miscelanea

"¿De qué sirve una mujer si se convierte en una madre sacrificada?"

Por UAM Cuajimalpa a las 03:04 pm


El largometraje documental ‘Amazona’, de la colombiana Clare Weiskopf, aborda en primera persona la confrontación de la directora con su madre, Valerie Meikle, a quien quiere comprender después de que la dejara siendo una niña para irse a viajar por el río Amazonas. Juntas emprenderán un viaje hacia la vorágine más íntima de su relación.

Por Sara Beltrame

En junio 2017, durante los DocsBarcelona, entrevisté a Clare Weiskopf porque desde hace meses estaba investigando la instrumentalización por parte del sistema patriarcal del personaje de ‘la madre’ en epocas y culturas diferentes. La historia que la periodista y documentalista iba a contar en su documental “Amazona” intentaba romper con ese esquema ficticio a partir de una historia real y contestando a la pregunta:

“¿Qué hace que una persona sea una buena madre?”

Se leía en su biografía que era directora de cine y periodista colombiana, centrada en temas sociales, desde el conflicto armado en Colombia y la violencia sexual como arma de guerra hasta la difusión de la cumbia en América Latina y Europa. Había ganado dos veces el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar de su país y había sido seleccionada para la IDFAcademy y el Dok.Incubator. Recientemente ha dirigido dos series documentales, ‘2012: Chronicles of the End of the World’ y ‘Los Colores del Fútbol’.

‘Amazona’ es su primer largometraje documental.

Los temas que desarrolla en el documental son a menudo dolorosos y contradictorios, sobre todo pensando que, entre la persona que graba y la persona que es grabada, surge -supuestamente- la más fuerte de las relaciones entre dos seres humanos: la de una madre con su hija.

¿Cómo se te ocurrió convertir una relación personal en un documental?

Había empezado a pensar en este proyecto porque todo el mundo conocía a mi madre y todo el mundo sabía que era una mujer especial, un personaje muy peculiar. Tiene más de 80 años y vive sola en la floresta amazónica. Cocina con el fuego de la madera recogida en el bosque y su compañera favorita es una gata. Al principio quería centrarme exclusivamente en ella, en su vida y en particular en un viaje que hizo cuando yo tenía solo 11 años. En esa época abandonó la ciudad donde vivíamos, abandonó a mi hermano y a mí y nos dejó al cuidado de mi padre, para irse con su amante del momento a hacer un viaje por el río Amazonas. Ella y mi padre habían estado separados durante mucho tiempo y una de mis otras hermanas, que mi madre tuvo durante su primer matrimonio, acababa de morir trágicamente.

Quería simplemente contar la historia del viaje por el río; pero en cuanto me puse a trabajar junto a mi productor y compañero, Nicolas Van Hemelryck, por un lado me di cuenta de que podía caer en hacer simplemente una biografía en formato vídeo de la vida de mi madre y, por el otro, Nicolas me convenció para ponerme delante de la cámara y convertirme en un personaje del documental. La historia empezó a cambiar aunque no tenía claro en la cabeza el nuevo proyecto. Sabía donde quería ir pero no había llegado todavía a la esencia universal del proyecto.

 Poco a poco sentí que quería hacer un documental sobre la maternidad, sobre lo que significa ser madre, sobre el límite entre libertad y responsabilidad. Uno de los temas que parece más difícil tocar cuando las mujeres se convierten en madres. Quería también que mi trabajo sirviera a empoderar a la mujer que hubiera vivido esta historia. Todo esto lo fui descubriéndolo poco a poco.

Puede que los directores con más experiencia ya sepan de entrada cuál es el punto de universalidad que tienen sus proyectos, pero en mi caso se trataba del primer largometraje y me costó enfocarlo. Creo que ha sido el proyecto más complicado en el que me he metido pero me ha servido para entender mi manera de concebir el documental: un instrumento narrativo que nos permita reflexionar sobre uno mismo, sobre sus propias creencias y, en este caso, sobre sus propias familias.

Hicieron falta 200 horas de grabación, ocho meses de edición y cinco años de trabajo para llegar a la estructura final de esta historia en la que el personaje de ‘la madre’ se aleja totalmente de los guiones hasta ahora interpretados. Tu madre, ¿cómo reaccionó la primera vez que vio el documental?

Cuando llegamos a tener una primera versión definitiva del montaje, la miré y pensé que la película era realmente demasiado dura, su personaje era demasiado duro. Tenía miedo de su juicio, pero se la mostré tal y como estaba y me dijo: “Yo creo que podrías ser un poco más dura conmigo…”. Para mí eso fue el pasaporte a la libertad que necesitaba. Creo que siempre hay que tener a mente una cosa: si hubiera sido un hombre el que hubiera decidido lo que mi madre decidió en ese momento, dejarnos con nuestro padre y viajar, tal vez su historia no hubiera sido tan extraña. En nuestra sociedad se supone que una mujer que se convierte en madre tiene que estar al cien por cien primero con sus hijos y segundo con el resto de las tareas que supuestamente le tocan. No se permite a una mujer mantener una vida propia al lado de su papel de madre. Valerie rompe este patrón y, mirando a cámara, consigue decir en voz alta el porqué lo hizo y por qué volvería a hacerlo. Primero afirma que la vida de una persona es su vida, independientemente de si es madre o no y, segundo, se niega firmemente a tener que sacrificar su propia vida por el hecho de haber tenido hijos.

‘Amazona’ es un viaje salvaje en el sur de el Amazonas, cerca de Leticia, donde el río se tuerce creando una pequeña isla de tierra en la que vive Valerie. En un momento del documental, mirando a cámara, dice: “Cuando nos negamos a tomar riesgos y cerramos la puerta a lo inesperado, a lo que no sabemos, sofocamos nuestras vidas y nuestras vidas se trasforman en tediosas rutinas. El vacío que siempre implica elegir un camino seguro es un insulto a nuestra energía vital que se renueva cada vez que confiamos en ella, cada vez que decidimos tomar riesgos. ¿De qué sirve una mujer si se convierte en una madre sacrificada?”. ¿Qué piensas de esta frase?

He cambiado siendo madre de mi hija. Creo que se pueden hacer las dos cosas: ser madre y no sacrificarse. Voy poco a poco, en el día a día, sin saber si estoy haciendo lo correcto o no, pero sé que una persona puede intentar equilibrar las cosas. No sé si en el futuro cambiará esta convicción que tengo porque en esta vida nada es cierto, pero intentaré hacerlo lo mejor que pueda. Mi hija está arriba en la lista de las prioridades de mi vida, pero tampoco voy a anular mis sueños por ella. Esto lo tengo claro. Hay que encontrar un equilibrio, algo tan difícil para las mujeres. Este es el tema: nos han enseñado que como madres tenemos que vivir en un idilio absoluto con nuestros hijos y hijas pero luego no es así, hay momentos en los que una quiere de verdad mandar todo al carajo. Hablar y compartir es la mejor forma que tenemos de empoderarnos. Ya está. El silencio ya está roto.

 

Con información de Pikaramagazine

https://www.pikaramagazine.com/2018/02/de-que-sirve-una-mujer-si-se-convierte-en-una-madre-sacrificada/

Imagen tomada de Pikaramagazine

https://www.pikaramagazine.com/2018/02/de-que-sirve-una-mujer-si-se-convierte-en-una-madre-sacrificada/


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