31 Oct 2019/ Miscelanea

De cuando el cempasúchil dejó de ser mexicano

Por UAM Cuajimalpa a las 03:10 pm


Marco Antonio Paéz camina a través de un tapete fulgurante de botones naranjas. Hay tantas nubes que los colores pintan gris, pero las flores no dejan de resplandecer, como si brillaran por sí mismas. Desde hace varios años, Marco Antonio cultiva cempasúchiles para el Día de Muertos, que en náhuatl significa flor de muchos pétalos, usada tradicionalmente para acompañar una tradición mexicana reconocida en todo el mundo. Sus plantas, sin embargo, ya no provienen de semillas mexicanas. Todas son semillas importadas del extranjero.

“Es que no es original. Tiene los mismos aromas y los mismos colores, pero es una hibridación que traen”, dice. “Hoy en Xochimilco la mayor parte nos dedicamos al marigol, se llama. Bueno nosotros le llamamos así. Pero ya al cempasúchil como tal, el que es de flor de corte, ya muy pocos se dedica”.

Desde hace 10 o 15 años, dice Marco Antonio, vender flores de Marigold en macetitas, en vez de racimos de cempasúchil cortados porque es más práctico y le deja mejores ganancias. “La verdad es que la venta de este cempasúchil es de dos días, del de corte, tres días máximo”. El floricultor recuerda que en los días más próximos a las fiestas de muertos los mercados de Xochimilco se saturaban. “En cambio este –señala hacia las flores que están a sus pies– la venta empezó desde los primeros días de octubre. Y dura desde ahorita hasta la mera fecha. Hay más economía, es más dinero”.

Marco Antonio es de los productores pequeños de San Gregorio, en la zona chinampera de Xochimilco, la tierra de las flores por su nombre prehispánico. Este año sembró 10 mil plantas porque su economía no alcanza para más, pero le gustaría producir más. De todas maneras, la flor de muertos le ayuda a sobrellevar su vida.

El abandono de los campos de cempasúchil sigue la misma historia que el maíz, cuya producción se llevó a otros países que producen mucho más que México, como explica Alberto Basurto, responsable del jardín botánico de la UNAM.

El maestro etnobotánico asegura que de 1980 a 2000 México llegó a tener el liderazgo agro industrial en la siembra de cempasúchil. Su color naranja fulgurante, que según los mexicas alumbraba el camino de los muertos, es preciadísimo en la industria de los pigmentos naturales, donde se usa para pintar pollo, yemas de huevo y pastas.

La falta de apoyo en investigación científica así como el abandono del campo volvieron imposible competir contra otros países productores que compraron nuestra industria. “Aunque actualmente la producción nacional de la flor está  asegurada para las fiestas de muertos, toda la industria ahora la dominan países como la India y China. En los años 80 México reportaba 280 mil toneladas de la flor, hoy solo se producen alrededor de 30 mil toneladas” dice el académico.

La flor de muertos, del género Tagetes Erecta, es exclusiva del continente americano en donde hay entre 50 o 60 especies, de las cuales en México tenemos 35, por eso se le reconoce como una planta nativa del país. Sin embargo, los principales productores del mundo, como China y la India, han desarrollado, por medio de la hibridación y selección genética, mejores especies.

“Lo mismo nos pasa con los chiles y los maíces, los frijoles y las nochebuenas y con las dalias. Es exactamente el mismo esquema, son plantas nativas de México que generan mucha riqueza a nivel mundial, pero México muy poco participa de los beneficios de esas riquezas”, dice el maestro Basurto.

El riesgo de que empresas privadas tengan el control de los derechos sobre este tipo de hibridaciones, y que se introduzcan a los mercados nacionales es que pueden estrechar la base genética de las flores así como de muchas otras plantas.

 

Con información de Pie de Página

https://piedepagina.mx/de-cuando-el-cempasuchil-dejo-de-ser-mexicano/

Imagen tomada de Pie de Página

https://piedepagina.mx/de-cuando-el-cempasuchil-dejo-de-ser-mexicano/


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