17 Dec 2018/ Miscelanea

Carmina Burana en Los Pinos supera las expectativas de asistencia

Por UAM Cuajimalpa a las 04:12 pm


  • Más de dos mil personas disfrutaron la interpretación de la popular obra de Carl Orff, a cargo de la Orquesta-escuela Carlos Chávez.

Este domingo el Complejo Cultural Los Pinos fue nuevamente desbordado por la multitud que acudió al concierto en el que la Orquesta-escuela Carlos Chávez interpretó Carmina Burana, una de las obras del mundo clásico con más arrastre popular. Estimaciones iniciales de los organizadores preveían una afluencia de entre mil 500 y mil 700 personas. Sin embargo, la cifra oficial quedó al final en 2 mil 500 asistentes.

El singular concierto tuvo lugar en el escampado que funcionó como helipuerto cuando este inmueble albergaba la residencia oficial de los presidentes de la República, hasta el pasado 30 de noviembre. Si algo prevaleció fue un ánimo festivo, jubiloso, entre ese inusitado y variopinto público en términos de edad, sexo y condición social. La mayoría acostada sobre los petates disfrutaba de la refulgente obra de Carl Orff al tiempo que hacía lo propio con el plácido sol invernal que bañó la ciudad durante gran tramo de la tarde.

La tónica prevaleciente fue de respeto y ánimo de convivencia. Solos, en pareja o familias completas, los asistentes se mantuvieron atentos y dispuestos a disfrutar del quehacer de la orquesta, dirigida por Eduardo García Barrios. Y una vez concluido el concierto, poco más de una hora después, reconocieron con estridencia y entusiasmo la actuación de los 110 atrilistas y 150 integrantes del coro.

Entre la concurrencia hubo quienes tuvieron su primera experiencia con esta música, como la señora Juana Martínez, quien vino de Texcoco de paseo a conocer dónde vivían los presidentes del país y decidió quedarse al concierto cuando la invitaron unas promotoras que se encontraban en el lugar. Estoy muy emocionada; es una música muy bonita, dijo.

La interacción y el buen ánimo entre el público y el director Eduardo García Barrios quedaron establecidos desde que la orquesta salió a escena. El espigado músico, vía micrófono, no sólo dio una explicación somera y con bromas de los tres movimientos de la pieza en cuestión. También celebró que el pueblo de México pueda hacer suyo un espacio que hasta hace poco le estaba vedado.

“Hace dos semanas estábamos allá afuera y hoy estamos ya adentro. Poder hacer música es crecer a través de ella. Una orquesta y un coro son también una comunidad y creemos profundamente en el trabajo comunitario.

Éste es un concepto hueco si no se manifiesta en formas verdaderas de organización, crecimiento y colaboración de personas, expresó el director, quien también anunció que con este concierto llegó a su fin un ciclo de cinco años con esa orquesta, con la perspectiva de continuar hacia el futuro.

 

Con información de La Jornada

https://www.jornada.com.mx/2018/12/17/cultura/a06n1cul

Con imagen de La Jornada

https://www.jornada.com.mx/2018/12/17/cultura/a06n1cul

 


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